En el fascinante universo de los automóviles de colección, Ferrari ostenta un lugar de privilegio como uno de los fabricantes más codiciados. La historia de la marca italiana, impregnada de la inconfundible personalidad de su fundador y de las singulares características de sus productos, convierte a sus vehículos en objetos de deseo y, además, en inversiones sumamente valiosas.
Cada Ferrari, casi sin excepción, se convierte en centro de diversas especulaciones. Algunas personas, incluso sin ser coleccionistas, adquieren estos coches como activos de inversión y se desprenden de ellos cuando han adquirido un valor rentable o cuando la necesidad de liquidez se presenta.
Características de la Ferrari 400i que se subasta
Más allá de la esencia, no todos los modelos de Ferrari son iguales en términos de valoración y aceptación en el exigente mundo de los automóviles de colección. La distinción entre una 500 Superfast de 1964 y una 400i de la década de los 70 es notoria. Esta última, en particular, no goza de la misma apreciación que otros modelos de su época, ya que no se cataloga como un deportivo «puro» por contar con cuatro plazas.
Aunque pueda parecer un hecho trivial, los modelos de cuatro plazas de esta compañía no alcanzan la misma aceptación en el mundo de las colecciones que sus contrapartes biplazas, a pesar de mantener su esencia inalterada.
Sin embargo, hay excepciones que rompen con esta regla. Y una de ellas es una 400i utilizada como prototipo para el desarrollo del vehículo y que además fue conducida por Niki Lauda, en aquel entonces piloto de la Scuderia Ferrari en la Fórmula 1. Y si a esta combinación se le añade que el automóvil estuvo oculto durante varios años, el interés en este modelo específico, a pesar de ser una Ferrari 400i, se dispara significativamente.
Los detalles que hacen único a este prototipo de Ferrari 400i
Este modelo de 400i forma parte de una saga que se distinguió por detalles únicos. Fue el primer vehículo de la marca italiana en incorporar un cambio automático, específicamente una transmisión Borg Warner de tres relaciones.
Además, ostenta el récord de ser el coche que más tiempo estuvo en producción en la historia del Cavallino Rampante hasta la fecha. Aunque pueda ser considerada una de las Ferrari menos queridas, es injusto subestimar sus cualidades.
¿Cuándo se lanzó y cómo fue su trayectoria?
Su lanzamiento al mercado se produjo en 1972 con la presentación de la 365 GT4 2+2, un automóvil diseñado por Fioravanti para sustituir al 2+2 existente en el catálogo del fabricante italiano. El diseño se alejó de las líneas convencionales de los coches de la compañía italiana hasta ese momento, marcados por curvas y superficies suaves.
Aunque no fue del agrado de todos, indudablemente mostraba una fuerte personalidad, característica inherente a cualquier Ferrari. Construida sobre un chasis tubular de acero y equipada con un potente motor V12 delantero, la 400i destacaba por su naturaleza deportiva, adornada con mayor lujo y confort para la ocasión.
En 1976, evolucionó para convertirse en la 400 y más tarde en la 400i, al adoptar el sistema de inyección de combustible Bosch K-Jetronic en 1979 en lugar de los carburadores Weber 38 DCOE utilizados hasta ese momento. La producción de la 400i se extendió hasta 1985, momento en el cual la Ferrari 412 tomó su lugar y se mantuvo en la línea de ensamblaje hasta 1989.
La 400i que estuvo desaparecida por casi dos décadas
El prototipo en cuestión, parte fundamental de la evolución de 1976, comenzó su vida como un Ferrari 365 GT4 2+2 pintada en Argento Metallizzato con interior beige. La marca decidió retenerla después de su fabricación para llevar a cabo tareas de desarrollo.
Tras aproximadamente 15 años en el anonimato, el vehículo fue descubierto en Tasmania, Australia, en un estado de evidente abandono. Y ahora, RM Sotheby’s la pondrá a subasta con la expectativa de alcanzar no más de 80.000 euros, un precio modesto para un prototipo de desarrollo único en el mundo.
Al salir de la línea de ensamblaje, este prototipo estaba equipado con el motor de la serie 400, alimentado por carburadores Weber y la numeración #00001. Posteriormente, el impulsor fue modificado para adoptar el sistema de inyección Bosch K-Jetronic, sometiéndolo a diversas pruebas en la vía pública y en pistas cerradas.
Otros datos clave de su historia
Pese a que se fabricó en 1975, el vehículo no se matriculó hasta 1980 cuando fue vendido a un cliente privado. Y pasó por las manos de seis propietarios más antes de ser sacada de Italia en 2002. Desde ese momento, se perdió su rastro hasta el año 2020, cuando fue hallada y conservada «tal como se encontró».
Este singular prototipo, testimonio viviente de la rica historia de Ferrari, está destinado a cautivar a coleccionistas y entusiastas, y a demostrar que cada vehículo del Cavallino Rampante, independientemente de su clasificación en el mundo de los coleccionistas, guarda secretos únicos y emociones inigualables.