Se celebran con pompa y circunstancia los 75 años de uno de los vehículos más emblemáticos de todos los tiempos: el Citroën 2CV, el cual alcanzó un hito de muy pocos: más de 5 millones de unidades producidas entre 1949 y 1990. Se trata de una razón más que suficiente para que se lo recuerde cada año.
¿Qué hace que el Citroën 2CV sea tan especial? ¿Por qué se ha ganado a pulso el título de «el mejor auto de la marca de la historia»? Todo esto y mucho más te contamos a continuación. ¡Sigue leyendo hasta el final!
Un nacimiento singular: proyecto TPV
La historia del 2CV comienza en 1936 con el proyecto TPV (Toute Petite Voiture) cuyo objetivo principal era la creación de un automóvil asequible y versátil para las personas de bajos ingresos. Así, se presentó en 1937 un modelo ligero con un solo faro que pesaba tan solo 370kg, con capacidad para 40 pasajeros, 50kg de carga y una velocidad máxima de 50km/h, entre otras características.
Inicialmente, se planeó lanzar 250 unidades de preproducción en el Salón del Automóvil de París en 1939. Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial cambió drásticamente los planes y la mayoría de los prototipos se destruyeron, a excepción de cuatro que se mantuvieron en secreto en el Centro de Pruebas de Citroën en La Ferté-Vidame, casi como tesoros ocultos.
El motor y el encanto del Citroën 2CV
La producción en serie del Citroën 2CV comenzó finalmente en julio de 1949, y su motor de dos cilindros refrigerado por aire, con 375cc y 9cv, lo convertía en un vehículo modesto, pero encantador. Esto último por su diseño y por otros beneficios que lo proclamaban como uno de los más destacados de aquel entonces:
- Gran comodidad para el conductor y pasajeros
- Sorprendente versatilidad y adaptación a diversos contextos y tipos de uso
- Bajo costo de mantenimiento
- Estructura moderna para la época
- Tecnología innovadora para brindar el máximo confort
Ediciones especiales y aventuras globales
A lo largo de su larga historia, el icónico auto de la firma francesa contó con varias ediciones especiales en diferentes países europeos, entre las que se incluyen el Spot, el Charleston y el Cocorico. Además, se aventuró en rutas globales a través de emocionantes Raids organizados por Citroën:
- París-Kabul-París de 16500km en 1970
- París-Persépolis de 13500km en 1971
- Raid África de 8,000 km de Abiyán a Túnez en 1973
Un legado que se mantiene vivo
Para conmemorar este emocionante aniversario, se llevó a cabo una impresionante sesión fotográfica en el Conservatorio de Citroën. En ella, ocho de los 2CV más icónicos se exhibieron en el escenario, incluyendo el 2 CV 6 de Hermès, el cual lucía un diseño de la famosa compañía. Asimismo, más de cuatro décadas de producción no es para cualquier vehículo.
Además, los fans del Citroën 2CV pudieron admirar el A, uno de los cuatro prototipos originales, así como el A Berline que era idéntico al modelo presentado en el Salón del Automóvil de París en 1948. Así, los otros más llamativos fueron el AZU, una furgoneta con gran capacidad de carga, y el 2 4×4 Sahara, un modelo con tracción en las cuatro ruedas que dejó una huella imborrable en el mundo del automovilismo.
En resumen, el de Citroën 2CV ha dejado una huella única en la industria automotriz. Su versatilidad, diseño único, espíritu innovador y otras cualidades lo han convertido en un verdadero ícono. En su 75º aniversario, se aprovecha para mostrarlo, recordar lo más destacado y explicar por qué marcó un antes y un después tanto para la marca francesa como para el ámbito automotor.