Los años ‘80 fueron una época de innovación en la industria automovilística, y la Jeep J-10 de 1981, una camioneta de estilo clásico, se destacó como un ícono de la época. Esta joya del pasado, después de haber sido restaurada con amor y cuidado, brilla con un nuevo resplandor bajo la mano experta de la empresa Vigilante 4×4.
Si bien luce como un vehículo un tanto antiguo, su valor es realmente alto. Para quienes llevaron adelante el trabajo, nada más satisfactorio que revivir una pick-up de Jeep con todas sus cualidades. ¡Sigue leyendo para conocerla en detalle!
Historia de la Jeep J-10, una de las pick-ups más emblemáticas
La Jeep J-10 nació en los años 70, luego de que la firma americana abandonara el nombre Gladiator para su línea de camionetas pick-up. En su lugar, adoptaron la designación J-10, seguida de un número que indicaba la capacidad de carga del vehículo. No obstante, este vehículo no era sólo una máquina de trabajo, dada su comodidad y cualidad de atractiva.
Para lograrlo, Jeep lanzó el paquete Pioneer en 1975, el cual incluía mejoras como un interior más elegante, paragolpes delanteros cromados, llantas llamativas y otras características que la acercaban al aspecto de un automóvil. El éxito de las mismas llevó al lanzamiento del paquete Honcho, exclusivo para la J-10, que añadía franjas y calcomanías llamativas y una barra antivuelco, entre otras.
Así, la Jeep J-10 se convirtió en un ícono de la época, y su importancia es tan grande que Vigilante 4×4, una empresa especializada en la restauración y actualización de vehículos de la compañía, adquirió y restauró cinco de estas camionetas.
Todo sobre la pick-up de Jeep restaurada
La camioneta restaurada por Vigilante 4×4 es una Jeep J-10 Honcho Sportside de 1981, un modelo extraño y codiciado de la época. Solo se produjeron 1264 unidades entre 1980 y 1983, lo que la convirtió (y es al día de hoy) una verdadera joya para los amantes de los clásicos automovilísticos.
Además, en el proceso se mantuvo el chasis original de la camioneta, el cual fue cuidadosamente restaurado con chorro de arena, galvanizado y recubierto con pintura en polvo para garantizar su durabilidad. A su vez, se reconstruyó la carrocería con los gráficos de la época y paragolpes cromados, fieles a los fabricados por la propia compañía.
Por su parte, el interior de esta J-10 recibió un tratamiento de lujo, siguiendo el estilo Laredo. De esta manera, los asientos altos individuales, el cuero completo en el tablero, paneles de las puertas, asientos y apoyabrazos hacen que el interior se vea impresionante en cada detalle. Como si fuese poco, la renovación no se limita a la estética.
- Se reemplazó todo el cableado
- El sistema de audio se actualizó con tecnología Bluetooth y un moderno amplificador
- Se instaló un escape de acero inoxidable de adelante hacia atrás
Motor y prestaciones de la pick-up de Jeep
El corazón de esta máquina restaurada es un potente motor AMC V8 de 6.6lts que produce 334cv y 583Nm de torque, lo que garantiza un rendimiento excepcional. Además, Vigilante 4×4 ofrece tres opciones que incluyen dos bloques V8 y un V10 de última generación.
Más allá de la potencia, una de las transformaciones más notables se encuentra en la suspensión, la cual se elevó 6 pulgadas en la parte delantera y 4 pulgadas en la trasera. Esto permite la instalación de neumáticos todoterreno BFGoodrich de 35 pulgadas o Goodyear para terrenos fangosos de 37.
Por último, la Jeep J-10 restaurada recorrió apenas 56000 kilómetros en más de 40 años y posee un valor estimado de 145 mil dólares en su configuración estándar. Se trata de un gran homenaje a una época en la que las camionetas eran sinónimo de libertad y aventura. Y recuerda la belleza de los clásicos en el mundo automovilístico.