
El Ford Ranchero no es un modelo más en la historia de la industria automotriz estadounidense, sino un vehículo que marcó un antes y un después en el segmento de las pick ups. Bajo la premisa de poder instalar en el mercado el concepto de “utilitario coupé”, fue lanzado al mercado en 1957. Su aceptación fue un éxito y tuvo una aceptación rápida por parte de las personas que buscaban una camioneta basada en un automóvil.
La aparición de la pick up de la casa de Michigan, una creación de la filial australiana; además, provocó que General Motors, su histórico rival, con el Chevrolet El Camino, en 1959. Ambos vehículos instalaron un nuevo concepto en el universo motor y, en el caso del modelo de Ford, tuvo tiene siete generaciones. A continuación, conoce la historia de esta camioneta nacida a partir de un pedido de unos campesinos, y que estuvo vigente hasta 1979.
La génesis del primer híbrido de Ford
Como en toda historia, es fundamental conocer el principio. Corría el año 1933, y el director ejecutivo de Ford Australia, Hubert French, tomó con seriedad el pedido que le hizo una granjera: “Mi esposo y yo no podemos permitirnos un automóvil y una camioneta, pero necesitamos un automóvil para ir a la iglesia el domingo y una camioneta para llevar a los cerdos al mercado el lunes. ¿Pueden ayudarnos?”
La respuesta de Ford a esta pareja en 1934, a través del diseñador Lew Bandt, quien llevó a la realidad el concepto de una camioneta basada en un automóvil. La respuesta se tradujo en una pick up que permitía satisfacer las necesidades planteada se en la misiva escrita un año antes de su aparición.
Primera generación (1957-1959): un vehículo versatilidad con estilo
La primera generación de la Ford Ranchero se basó en el modelo Falcon y el Fairlane, con versiones como el Custom, con una carrocería de color bitono y varias piezas que brindaban confort. Se trató de un modelo ideal tanto para el traslado diario como para cargas más grandes, con motorizaciones que iban desde 6 cilindros en línea de 3,6 litros y dos V8 de 4,8 y 5,8 litros, respectivamente.
La primera actualización de esta pick up “urbana” llegó al año de sus lanzamiento en el mercado estadounidense, en 1958. Para su rediseño, los ingenieros de la marca buscaron llevar el aspecto de esta camioneta a otro nivel, y tomaron como partida el Ford Thunderbird al introducir faros delanteros dobles. De esta manera, ganó una apariencia más moderna.
Segunda generación (1960-1965): una compacta poderosa
El Ford Ranchero de la década de 1960 tenía la plataforma compacta del Falcon, un modelo adaptado a un mercado que buscaba vehículos más pequeños y económicos. A diferencia de la primera generación, el diseño exterior más angular y con líneas agresivas. Estaba equipada con distintas opciones de motores: 6L de 2,8 y 3,3 litros, así como V8 de 4,3 y 4,7 L. Todas, asociadas a transmisiones manuales de tres velocidades y automáticas de dos velocidades.
Tercera generación (1966-1967): la mezcla perfecta
La tercera generación de esta pick up de Ford volvió a combinar las mejores cualidades del Ford Falcon y la elegancia del Fairlane. Para 1967, además, adoptó el nombre de Fairlane Ranchero, modelo que se destacaba por sus faros apilados en frente; fue un modelo representó una transición hacia un diseño más robusto.
Cuarta generación (1968-1969): mayor tamaño y lujo
La Ford Ranchero de cuarta generación, lanzada en 1968, fue la que rompió con los esquemas de lo presentado hasta ese momento. Esta entrega estuvo basada en el Ford Torino, fue más grande y equipado inicialmente con un motor de 3,3 litros en 1968, que después aumentó a 4,1 litros en 1969.
Este modelo de la pick up de la marca del óvalo incorporó, además, mejoras de confort con la incorporación de alfombras, relojes eléctricos y tapicerías de vinilo en diversos colores. Además, incluyó innovaciones en seguridad, como los reflectores traseros laterales, que reflejaron un compromiso con las normativas emergentes.
Quinta generación (1970-1971): Elegancia con carácter
La quinta generación del Ford Ranchero presentó la versión Squire, en 1970, que marcó el pináculo de la elegancia en la gama de este modelo. Entre las bondades de lujo, se destacaban detalles en madera y faros ocultos que resaltaban su apariencia sofisticada. La parrilla segmentada de 1971 añadió un toque único, consolidando a esta camioneta como una opción premium en el segmento.
Sexta generación (1972-1976): cambios por seguridad
Las plataformas de la pick up de Ford variaron entre las del Ford Falcon, Fairline y Torino; la de sexta generación significó un regreso a la estructura del tercer modelo. Se trató de una Ranchero que se caracterizó por haber respondido a los crecientes estándares de seguridad con nuevos paragolpes y una parrilla ovalada apodada “boca de pez”.
A partir de 1975, esta camioneta de la casa de Michigan redujo su oferta de motores al estar equipada con un propulsor V8 de 351 pulgadas cúbicas (5,8 litros) como estándar. Las versiones más grandes eran de 400 y 460 pulgadas cúbicas.
Séptima generación (1977-1979): el adiós de un clásico
En 1976, la marca estadounidense decidió descontinuar el Ford Torino y la Ranchero pasó a basarse en el Ford LTD II, con versiones 500, GT y Squire. Para 1978, las ventas de la Ford F-150 se disparaban; y en contrapartida, el Ranchero apenas alcanzó 22,519 unidades vendidas, lo que llevó a su desaparición en 1979.