
En la búsqueda constante de alternativas para superar las limitaciones de las baterías de iones de litio en los vehículos eléctricos, la empresa suiza nanoFLOWCELL sobresale como una de las pioneras con su revolucionaria batería de flujo Redox y una autonomía récord. Tras casi una década de desarrollo, esta tecnología promete no solo transformar la industria de la movilidad eléctrica, sino también abordar los desafíos que frenan la adopción masiva de los vehículos enchufables.
Un contexto que las avala
Las actuales baterías de iones de litio son criticadas por ser costosas, por ofrecer autonomías limitadas y por tener tiempos de recarga prolongados. Estas limitaciones contribuyen de manera significativa a la reticencia del consumidor a adoptar vehículos eléctricos de manera generalizada.
Ante este escenario, tanto la ciencia como la industria automotriz se han embarcado en la búsqueda de alternativas, entre las que se encuentran las pilas de combustible, las baterías de sodio y las baterías de estado sólido.
A pesar de los esfuerzos, ninguna de estas alternativas ha logrado desplazar a las tradicionales baterías de litio. La pila de hidrógeno enfrenta desafíos significativos, y las baterías de estado sólido aún requieren años de desarrollo. En este contexto, la batería de sodio emerge como la alternativa más avanzada y, ahora, la de flujo Redox de nanoFLOWCELL se presenta como una opción prometedora.
¿Cómo funciona una batería de flujo?
Una batería de flujo es un sistema recargable que utiliza dos líquidos separados por una membrana. Esta configuración permite un intercambio de iones y, por ende, un flujo de corriente eléctrica mediante una reacción Redox. Aunque comparte similitudes con las pilas de combustible y las celdas electroquímicas, presenta ventajas únicas, como depósitos de líquidos separables y una longevidad casi ilimitada. También, claro está, una autonomía superior.
El debut de la batería de flujo Redox de nanoFLOWCELL se remonta al Salón de Ginebra de 2016, y desde entonces, la empresa suiza continuó con el desarrollo de esta tecnología. De manera reciente, la compañía recibió una inversión crucial para establecer una división en Estados Unidos, situación que acelerará el perfeccionamiento de vehículos con batería de flujo y permitirá la automatización de las líneas de producción.
Según informes detallados por especialistas, la tecnología de nanoFLOWCELL ofrece asombrosas autonomías de hasta 2000 kilómetros con una sola recarga. El método de acumulación de energía implica llenar los depósitos de líquido electrolítico y es una acción tan rápida como repostar combustible fósil.
La extraordinaria longevidad de la batería de flujo y su autonomía
Además de la velocidad de recarga, la seguridad es un aspecto destacado en la batería de flujo, ya que el líquido no es inflamable ni tóxico. Las pruebas realizadas demostraron una perdurabilidad excepcional al poder cubrir distancias de hasta 350.000 kilómetros sin mostrar signos de desgaste en sus componentes.
Ahora, la gran incógnita radica en la capacidad de nanoFLOWCELL para llevar su tecnología a la producción en masa, un paso crucial y desafiante en el camino hacia la revolución de la movilidad eléctrica. Por esta razón, la industria del automóvil y los entusiastas de la sostenibilidad observan con atención cómo serán los próximos pasos mientras la empresa suiza se embarca en este emocionante capítulo de la evolución de los vehículos eléctricos.
El Quantino, el primer coche eléctrico de nanoFLOWCELL con batería de flujo Redox
Creado en 2015, este modelo se erige como el prototipo que encarna la visión de la empresa suiza. Este vehículo representa la apuesta por la movilidad sostenible. A su vez, desempeñó un papel fundamental como plataforma de desarrollo para la innovadora batería de flujo Redox. Y su autonomía promete destacarlo aún más.
Con una asombrosa autonomía de 2000 kilómetros con una sola carga, el Quantino ha superado todas las expectativas al recorrer más de 350.000 kilómetros y, así, demostrar la robustez y durabilidad de la tecnología de nanoFLOWCELL en condiciones del mundo real.
Los logros del Quantino respaldan las afirmaciones de la compañía sobre la viabilidad y eficacia de su revolucionaria batería de flujo y alimentan la esperanza de un futuro donde la movilidad eléctrica alcance nuevas alturas. En este sentido, una autonomía de 2000km sorprende y mucho, además de que es mucho más que un número.