Cómo destruir un Lamborghini en cuestión de segundos

Escrito por Paulo Di Renzo

Sin importar el coche, la velocidad o la distancia que uno vaya a recorrer, jamás es buena idea utilizar su teléfono celular al mismo tiempo que conduce. Pero el riesgo se hace realmente grande cuando lo haces a bordo de un Lamborghini Huracán, a más de 300 kilómetros por hora y con el asfalto húmedo por la lluvia.

Un desastre evitable

El usuario de la red social Instagram supercar.fails fue el encargado de dar a conocer un hecho triste, pero que puede enseñarle a más de uno: combinar velocidades extremas con asfalto húmedo y distracciones es sinónimo de desastre, y eso le ocurrió a un joven italiano y su amigo con una Lamborghini.

Conducía a 320km/h en su Lamborghini Huracán EVO mientras el copiloto filmaba con su celular para registrar ese “logro”, pero luego de un corte de cámara el vehículo aparece completamente calcinado y, afortunadamente, ambos pasajeros completamente sanos. El superdeportivo italiano comenzó a arder y se puso tan caliente que ni siquiera los bomberos pudieron salvarlo.

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El resultado de la “travesura”

Las llamas se extendieron con tal rapidez que terminaron convirtiendo al exótico deportivo en chatarra totalmente calcinada, dejándolo completamente irreconocible. Una sola foto de los restos, después de que se enfriaron, llegó a Internet a través de la misma cuenta de redes sociales, y los únicos indicios de que todo ese montón de plástico y metal antes daban forma a un coche los tenemos con la estructura interna de los asientos y una llanta.

Características de la Lamborghini

Recordemos que el Huracán EVO es una máquina cuyo precio supera los 200.000 euros, impulsada por un motor V10 de aspiración natural que rinde hasta 640 caballos de potencia en la versión con tracción total. Esta misma consigue alcanzar los 100 km/h en apenas 2,9 segundos y su velocidad máxima es de 325 km/h.

Para conducir uno de estos autos es necesario ser prudentes y tomar conciencia de que, en cuestión de segundos, puedes tomar velocidades extremadamente altas. Y si las condiciones no son las mejores, terminas por exponerte al peligro a ti mismo y a quienes te acompañan al mismo tiempo que pones en riesgo a otros vehículos con los que compartes carretera.