Las cinco principales diferencias entre híbrido y eléctrico

Escrito por Paulo Di Renzo

Híbrido y eléctrico son conceptos que se han masificado debido a una cuestión de contexto: el desafío de reducir la cantidad de gases tóxicos que genera la contaminación del aire y afecta al medioambiente. Sin embargo, las diferencias entre híbrido y eléctrico radican en distintos aspectos que a continuación te mostraremos.

Para empezar, un motor híbrido y otro eléctrico resultan similares en algunos aspectos, razón por la que es lógico vincularlos. Además, ambos se encuentran en vehículos de similares características entre sí y su masificación es cada vez mayor, como así también sus desafíos a superar en el mediano plazo.

¿Cuáles son las 5 diferencias entre híbrido y eléctrico?

Pese a algunas coincidencias, las diferencias entre híbrido y eléctrico son múltiples, y abordarlas en detalle requeriría de una entrada mucho más extensa. Sin embargo, te mostramos las cinco más relevantes.

1. El uso de combustible

Un propulsor eléctrico funciona –tal como su nombre lo indica- 100% a electricidad. Es decir, desde que se enciende el motor, se acelera o se circula a velocidad crucero, entre otras acciones, la energía proviene siempre de una batería.

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En cambio, el híbrido sí necesita combustible, por lo que consta de dos motores que conviven en simultáneo. ¿Por qué? Porque dependiendo del esfuerzo o acción que se realiza, velocidad a la que circulas y exigencias tiene dos modos de desenvolverse: a electricidad o a combustible.

El primero tiene lugar cuando el vehículo está detenido o circulando entre 0 y 20km/h. En cambio, el segundo se activa para complementar en los periodos en que se supera dicho valor, se acelera o simplemente se presiona más acelerador para efectuar una exigencia mayor.

Asimismo, al momento de desacelerar o frenar funciona únicamente el motor a combustión. Y se aprovecha la energía para que este aumente la carga del eléctrico. Cabe destacar que las diferentes comparativas arrojan que un motor híbrido permite ahorrar hasta 50% de nafta respecto al de combustión.

2. Tiempo de duración de la batería y autonomía

El motor eléctrico posee una autonomía aproximada, aunque está muy clara; por ejemplo, 200 kilómetros, mientras que en el eléctrico varía más. ¿Por qué? Porque depende justamente de cuánto se la exija y, al mismo tiempo, cómo y cuánto la complemente el otro propulsor: el de combustión.

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Por otra parte, el eléctrico debe recurrir a un sistema de almacenamiento de energía; es decir, enchufarse para cargarse durante un cierto lapso de tiempo para luego funcionar y posibilitar el desenvolvimiento del vehículo. En cambio, el híbrido depende de sí mismo para recargar la batería.

3. Nivel de ruido o insonorización

El propulsor a electricidad cuenta con la ventaja de que es muy silencioso en todo momento, mientras que el híbrido, únicamente cuando el motor a combustión no está en marcha.

4. Precio

Por la exigencia y rol de la batería, las diferencias entre híbrido y eléctrico radican también en el precio al momento de su adquisición. El primero es más barato, aunque luego gastarás dinero al cargar combustible, por lo que en el mediano o largo plazo resulta más caro.

5. Contaminación del aire y medioambiente

El motor híbrido puede contaminar hasta un 50 o 60% menos que el clásico y tradicional naftero o diésel. Sin embargo, el eléctrico es en este sentido superior, ya que carece completamente de emisiones tóxicas. Esto se debe a que funciona 100% a electricidad y no requiere en ningún momento de combustión para impulsar el vehículo.

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Las diferencias entre el motor híbrido y eléctrico permiten también realizar estudios con el fin de determinar posibles mejoras y soluciones a la movilidad. Se trata de las dos más efectivas de la actualidad para optimizar la calidad del aire.