
La movilidad eléctrica es el centro de atención y las automotrices buscan avanzar en el proceso de optimizar su funcionamiento y rendimiento. Si bien las baterías de litio predominan en el almacenamiento de energía actualmente, el suministro de ese material es limitado y los costos de extracción hacen que las empresas dispongan de otras alternativas como las baterías de sodio.
Si bien las propiedades físicas y electroquímicas de ambas baterías son bastante similares. A diferencia del litio, el sodio es más abundante y se extrae de fuentes más sostenibles, como el océano. Esta es la principal ventaja y convierte a este material en una alternativa para sustituir a las baterías de litio que se utilizan actualmente en los vehículos eléctricos, pero también en teléfonos y computadoras.
Las utilizadas actualmente tienen una mayor densidad energética, poco espesor y son más compactas. Como contraposición son más caras, toleran un número limitado de recargas y se ven afectadas notablemente por los cambios de temperatura.
Ciertamente pasará algún tiempo antes de que las de sodio estén disponibles a escala industrial. Sin embargo, cambiar la producción de baterías de litio a este material no debería ser problemático dado que sus tecnologías son similares.
Las ventajas e inconvenientes de las baterías de sodio
Entre las condiciones positivas de las baterías de sodio, además de la abundancia del material, se destacan por ser una energía eficiente, tener un bajo costo de producción, mayor capacidad de adaptabilidad, ser más ligeras y menos tóxicas.
Sin embargo, al ser el sodio tres veces más pesado que el litio las baterías son más grandes y tienen una densidad energética menor. Además, la tecnología de iones de sodio se encuentra en una fase de desarrollo. La falta de una cadena de suministro industrial impide su aplicación masiva aunque algunas empresas ya están trabajando en ello.
Las empresas que avanzan con las baterías de sodio
La compañía china BYD anunció la construcción de su primera fábrica de estas baterías en Xuzhou, provincia de Jiangsu. Con una inversión de 1.284 millones de euros y una capacidad anual de 30 GWh, se prevé que esta marca se convierta en la principal proveedora mundial de baterías de sodio.
Por otra parte, el Grupo Stellantis anunció un acuerdo con la empresa francesa Tiamat Energy para construir una fábrica con una capacidad de producción de 5 GWh por año. Desde Stellantis Ned Curic sostuvo: “Explorar nuevas opciones de baterías más sostenibles y accesibles que empleen materias primas disponibles en abundancia es una parte clave de los objetivos de nuestro plan estratégico Dare Forward 2030, esto nos llevará a alcanzar las cero emisiones netas de carbono para 2038”.