Los 145 años del nacimiento de André Citroën, el hombre que quedó en la historia automotriz

Escrito por Paulo Di Renzo

André Citroën era el menor de cinco hijos de Levie Citroën y Masza Kleinmann y se crio en un hogar orientado a los negocios. No obstante, recién luego de los 30 años incursionó en el mundo empresarial y en el universo automotor.

El objetivo inicial de algunos familiares era expandir un comercio de piedras preciosas y metales. Sin embargo, sus padres se mudaron a París, Francia, y André buscaba otra cosa, ya que le gustaba la tecnología y lo moderno. De esta manera, realizó un curso de ingeniería que lo llevó a incursionar en la mecánica.

El comienzo de Citroën en el mundo automotriz

Una vez descubierta su pasión, la cual distaba de lo que su familia anhelaba que continuara, André Citroën asumió en 1908 como gerente general de Mors, una compañía de autos en la que se encargó de reorganizar procesos y de producir nuevos modelos.

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Sin embargo, en 1919, Mors no pudo soportar la crisis generada por la primera Guerra Mundial. Por ello, André Citroën decidió comprar un terreno que dio lugar a su propia fábrica de automóviles; Type A 10 HP se llamó el primero y contaba con las siguientes características:

  • Motor de 1327cm3, cuatro cilindros y más de 10cv
  • Velocidad máxima de 65km/h, un valor altísimo para la época
  • Fue el primer auto con dirección izquierda y estaba equipado con sistemas eléctricos avanzados

Mucho más que una marca de autos

Cuando oyes o lees Citroën es un hecho que piensas únicamente en la compañía que produce y comercializa decenas de modelos de vehículos. Sin embargo, en aquel entonces se destacó también por trascender la acción de producir autos.

  • Incluyó entre la década del 20 y la del 30 un servicio de postventa completo con red de reparadores, catálogo de piezas y hasta garantía, entre otras
  • Logró que un avión escribiera su nombre en París y en las letras luminosas de la Torre Eiffel
  • Utilizó mano de obra femenina, lo que la hacía una empresa distinta
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En un contexto complicado a nivel mundial, pero de éxito para la marca, André Citroën falleció el 3 de julio de 1935, con 57 años. Y -muy probablemente- sin saber el legado que dejaba tanto a sus descendientes como al mundo automotriz.